El guerrero de la Luz a veces actúa como el agua, y fluye
entre los obstáculos que encuentra.
En ciertos momentos, resistir significa ser destruido, entonces;
él se adapta a las circunstancias.
Acepta sin protestar que las piedras del camino tracen su rumbo
a través de las montañas.
En esto reside la fuerza del agua, jamás puede ser quebrada por
un martillo, ni herida por un cuchillo. La más poderosa espada del
mundo es incapaz de dejar una cicatriz sobre su superficie.
El agua del río se adapta al camino más factible, sin olvidar su
objetivo: EL MAR.
Frágil en su nacimiento, lentamente va adquiriendo la fuerza de los
otros ríos que encuentra. Y a partir de un determinado momento su
poder es total.
lunes, 11 de agosto de 2008
... a veces actùa como el agua y fluye.
Publicado por Violeta Paredes C. Matrona en 19:24
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